Dejemos de lado el titular sensacionalista y hablemos en serio.
Hace poco más de un año que dejé de escribir en este blog, la verdad es que muchas veces dudé si volver a plasmar nota de mis debates internos en este espacio virtual, muchas cosas han cambiado, pero al final, estoy aquí de nuevo.
Al grano:
Cada día me sorprendo más de lo plástica y superficial que se ha vuelto nuestra querida sociedad, sería fácil nombrar muchas causas, el capitalismo, que si extremo consumismo, etc etc. No estoy para hablar de las causas ahora mismo, sino más bien de los efectos.
Es muy fácil decir que “lo que vale es lo de dentro y no la apariencia” pero ¿Cuánta gente realmente lo piensa? Está claro que cada vez menos personas.
Decir que yo solo me fijo en lo de dentro de las personas sería como decir que no me gusta Barcelona, una mentira más grande que el ego de Cristiano Ronaldo.
¿Por qué los piropos van siempre para las guapas y los guapos? ¿Importa tanto que una chica sea delgada para considerarla atractiva? ¿Por qué solo nos llaman guapos o guapas los colegas cercanos que se lo dicen a todo el mundo?
Hace poco ví un grupo en Facebook que se llama “Fan de las feas que escriben “wapa” en las fotos de otras feas para que les respondan lo mismo” me hizo gracia y a la vez me sorprendió pensar en este nuevo tipo de simbiosis jajajajajaja.
La verdad, cosas como esta van minando nuestro ego, siempre recuerdo una historia que me pasó y me hizo mucha gracia (confesaré que en el momento no entendí nada).
Hace unos años con unas amigas tuve un pequeño encontrón. Resulta que María había ligado y estaba besándose con un tío en un coche, yo estaba con las amigas de María. Repentinamente comenzaron a hablar de los defectos de su “amiga”, yo no entendía porque se dedicaban a resaltar sus defectos precisamente siendo “amigas”.
La respuesta general fue
-Tío! Estamos hartas de que María ligue cada vez que salimos, que se lleve todos los piropos y a nosotras nadie nos diga nada, y no es que queramos tener algo con cualquiera, pero ver que no nos hacen caso nos fastidia el ego!
En el momento me pareció un absurdo pero finalmente lo entendí.
Hace poco más de un año, noté que me sentía incómodo conmigo mismo, sentía que el mundo no me miraba igual que al resto de mis amigos, comencé a acomplejarme hasta que noté que era por una causa en especial: Mi peso.
Desde que llegué a España había engordado considerablemente, y la verdad, nunca le dí mayor importancia, porque no me veía gordo, pero finalmente comencé a notar que si que tenía sobrepeso, que en cada foto que salía de nuestro grupo todos eran delgados menos yo. Que seguramente se necesitarían 3 Karl para hacer un César, o que tranquilamente podía ocultar a Yuky y a Chen detrás de mí en una foto.
Siempre he sido de los que buscan soluciones en lugar de quejarse, por algo odio a Tim Burton, así que rápidamente comencé a maquinar una respuesta al problema, no había otra, bajar de peso.
Nunca me han gustado las soluciones a media tinta así que me puse con la famosa “Dieta Atkins” una dieta bastante radical pero de resultados casi inmediatos y óptimos, la había probado antes y si que había perdido peso (aunque luego lo hubiese recuperado).
Estuve casi dos semanas con la dieta aproximadamente, perdí 3,5 kilos en ese lapso hasta que me enfermé, dudo que fuese por la dieta pero el médico me dijo que solo podía comer pasta y más pasta!!
EL FIN DEL MUNDO!! NO VOY A BAJAR DE PESO! Fue mi primera reacción, luego de preguntarle al médico si por lo menos podía comer pescado o carne y recibir su negativa.
Al rato reaccioné y decidí “Pues tendré que hacer mucho mucho ejercicio!” Y fue así como comenzó mi larga odisea, cada día corría desde casa hasta la universidad y volvía corriendo, al comienzo me costó, habían casi 6 – 7 kilometros y gran parte era en cuesta, sin embargo había recibido buenos consejos de gente con una obsesión (que és en lo que se había transformado para mi, bajar de peso) parecida a la mía, de fondo de pantalla del iphone tenía una foto mía cuando estaba gordo, cada vez que la miraba me daban ganas de seguir corriendo.
Para Junio (unos 3-4 meses) había pasado de pesar 83 kilos a pesar 72 kilos, la gente me preguntaba si estaba enfermo, o que cosa me había pasado.
Yo, evidentemente, estaba muy contento con los resultados, ya no me veía gordo, sin embargo había leído que para mi altura debía pesar 66 kilos. Me quedaban 6 kilos más por perder, los médicos me habían dicho que 74 era lo normal para mi peso, sin embargo yo quería pesar 66 así que seguí a lo mío, correr, correr y más correr (como Forest Gump).
A mi lo del verano, que si la playa etc, siempre me ha dado igual. Las veces que me gusta ir a la playa es para tocar guitarra y beber sangría por las noches, me encanta el mar pero no tirarme al sol por horas sin hacer nada, soy una persona activa, tomar el sol sin hacer nada, no es lo mío. Mi motivación para bajar de peso no era que llegase el verano ¿Cuál era mi motivación entonces? Ya no salía gordo en las fotos, todo el mundo notaba que estaba mucho más delgado y eso alimentaba mi ego, supongo que mi motivación pues, se había vuelto mi ego.
Junio y Julio fueron meses de mucho cambio para mi (aunque no hablaré hoy de ello, fueron meses de cambios fuertes) sin embargo no distraje mis ganas de bajar de peso y alcancé los 66 kilos.
Junio y Julio fueron meses de mucho cambio para mi (aunque no hablaré hoy de ello, fueron meses de cambios fuertes) sin embargo no distraje mis ganas de bajar de peso y alcancé los 66 kilos.
Nunca comía chocolates, rara (muy rara ) vez comía pasta, y nunca cenaba, llegué a pensar que con 60 kilos probablemente me vería mejor, tuve la suerte que mi madre vino desde Perú a visitarme junto a mi padre, y cocinaba tanto (y bajo la imposibilidad de decirle que no quería más) tenía que comer mucho y comencé a ganar peso. Recordé lo rico que era comer pasta y arroz, lo bueno que estaba el pan etc.
Pero hubo algo que había cambiado en mi, ahora mucha más gente me parecía gorda, me parecía que todo el mundo comía demasiado, y de vez en cuando me sentía yo mismo gordo. Tengo facilidad para hablar y desde entonces empecé a empujar a la gente a perder peso, les contaba que cuando yo era gordo mi autoestima estaba por el suelo (en cuestiones físicas porque siempre lo he tenido bien en cuanto a cuestiones intelectuales jejeje) y que ahora que era delgado me sentía muy bien, que más chicas me miraban, y que muchas otras me habían dicho que estaba más atractivo.
Pero hubo algo que había cambiado en mi, ahora mucha más gente me parecía gorda, me parecía que todo el mundo comía demasiado, y de vez en cuando me sentía yo mismo gordo. Tengo facilidad para hablar y desde entonces empecé a empujar a la gente a perder peso, les contaba que cuando yo era gordo mi autoestima estaba por el suelo (en cuestiones físicas porque siempre lo he tenido bien en cuanto a cuestiones intelectuales jejeje) y que ahora que era delgado me sentía muy bien, que más chicas me miraban, y que muchas otras me habían dicho que estaba más atractivo.
Mi historia no tiene ninguna moraleja (normalmente las tienen) simplemente quiero que en este momento de lucidez que tengo, todos nos planteemos
Desde luego para mi, lo és, me peso cada día y controlo lo que como (aunque como mucho, luego corro muchos kilómetros), mentiría si digo que no; Sin embargo, eso no quita que yo pueda estar equivocado, que la sociedad haya podrido mi mente. Mi novia es muy delgada y sin embargo ella quiere ser más delgada aún (aunque también come rico igual que yo)
Reflexionemos un instante y pensemos ¿Qué cosa estamos haciendo mal…?
¿Está vinculado sentirse atractiva y atractivo a nuestro peso? ¿Si Pilar Rubio, Scarlett Johansson o Lydia Novoa fueran mas gorditas me seguirían gustando?...
Y por último, la vida de la gente delgada y guapa (que no mi caso que soy normal y no guapo) no es más fácil, cada día me doy más cuenta, hablaré de eso en el siguiente post!
Las fotos son algunas que he ido haciendo estos meses, muchas de mi mismo, otras de una pequeña sesión que le hice a Lydia.
Las fotos son algunas que he ido haciendo estos meses, muchas de mi mismo, otras de una pequeña sesión que le hice a Lydia.